Hace exactamente dos semanas y dos días que me robaron el celular. Y para ser muy sincera, no lo extraño mucho.
Este era mi tercer celular y mi dolor inicial no era por la tecnología de punta, lo cierto es que se trataba de un equipo bastante humilde, pero tenía valor sentimental. Y bueno, el punto es que era mi celular y nadie tenía derecho de robarlo. #malditacletómada.
Todo ocurrió más o menos así. A las 8:00 pm. tengo clases pero por razones laborales #nuncafaltanlasexcusas llegué tarde. Serían como las 8:35 pm. cuando llegué y como literalmente llegué corriendo, decidí lavarme las manos antes de entrar. Tenía dos carteras y me tuve que sacar la casaca, dejé todo en el lavadero y justo me llaman. Contesto. Cuelgo. Dejo el celular junto a la cartera. Volteo para coger el papel toalla y zuaaaazzz, mi precioso ya no está. Una chica, a quien hasta ese momento había ignorado, se lo había llevado y salido corriendo. Llamé y llamé pero nadie contestó. Le dejé mensajes de texto, de voz (para aumentar el dramatismo) pero su despiadado corazón no cedió en ningún momento. Embargada por la tristeza fui a clases y al salir llamé a Movistar para cancelar mi línea (no llamé antes guardando la esperanza de que me lo devuelva) y me piden el día y la hora de mi última recarga #areyoufunckingkiddingme? No, no recuerdo el día y hora. Bueno, entonces no podemos cancelarle la línea. Yo, con mi siempre tan buena actitud, empecé a gritar. Estaba muy molesta. Entonces, el bueno de mi hermano, les habló pero ni a él le hicieron caso. Lo cierto es que dos horas después llamaron a mi hermano (él es el titular) y le dijeron que ya estaba cancelado el servicio.
Y así fue como perdí mi celular.
Desde entonces, sigo sintiendo su presencia. Lo escucho timbrar y lo busco a pesar de que soy consiente de que ya no está. #criescries. Es triste. Me han dicho que tengo un mes para recuperar mi número y mi hermano me anda diciendo que vaya yo con un carta poder para sacarlo todo a mi nombre pero hasta ahora no hay cuándo lo haga. Le estoy dando largas al asunto. Y aprovecho para disfrutar de estos días incomunicada. Bueno, tampoco es que me llamen mucho.
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