viernes, 4 de septiembre de 2009

El Matrimonio al que asistí – II –

De la fotografías familiares.




Hace un par de semanas empezaron mis clases y la verdad es que no he estado de buen humor, por eso evité escribir ya que mi pobre blog sería la víctima de mi furia desatada. En fin…

Continuando con el tema del matrimonio. Al terminar la ceremonia, es decir, después de que el padre nos dejó libres, siguieron las fotografías. Primero, obviamente, llamaron a los familiares y he aquí algo que me parece digno de contar.
Digamos que el “recién casado” tiene hermanas (os), como sea, y digamos también que uno de sus hermanos, pues, tiene una novia; entonces, está claro que él pedirá una foto con su novia y los recién casado. Luego vendrá la foto familiar y los hermanos que tengan alguna pareja estable las llamarán y sonreirán y saldrá una simpática foto de “familia”.
Continuando con la suposición, digamos que después de unos días, semanas, meses, años o el tiempo que vosotros deseáis, esta persona rompa con su novia. Entonces, cada vez que vea las fotografías de la boda de su hermano, verá las fotos que se tomó con su ex. Esas fotos serán eternas, no podrá romperlas pues no son suyas, son de otra persona. Peor aún, digamos que la del caso sea una chica despechada y que la ruptura haya sido por infidelidad o por alguna otra razón maquiavélica, me pregunto, ¿cómo se sentirá ese chica al saber que no pude destruir los recuerdos de su ex?
Por eso, les recomiendo analizar muy bien la situación y asegurarse, tomándose una foto familiar sin aquellas personas que no son familia segura.