martes, 27 de enero de 2009

La Abuela Machista

Existen varios tipos de abuelas, hoy escribiré sobre la abuela criada entre 1920 a 1940 (o en otros años, pero igual poseen las características), sí, la abuela chapada a la antigua, la machista, la que se desvive por el marido, la que cree que sus nietas deben ser igual de abnegadas que ella, igual de hogareñas…
¿Cómo reconocerla?
Digamos que es una reunión familiar, ya estás sentada a la mesa (nótese el uso del femenino, porque generalmente son las nietas las que se friegan con este tipo de abuelas), en la misma hay como 20 personas, uno de tus primos aún no se sienta, está molestando en la cocina, de pronto tu abuela se da cuenta de la falta de cucharas, tenedores, limón, sal (o lo que sea que pongan en la mesa) y hace que TÚUUUUUUU te pares, sí, tú, tu primo que está jodiendo en la cocina no, NO, tienes que ser TÚ, la que ya se sentó, tú debes pedir permiso para salir, tú debes dejar de comer, sí, porque tu primo es hombre y él no puede hacer ese tipo de cosas, para eso están las mujercitas, sí, sí, hijita párate y callada nada más, las cosas se hacen calladita. No puedes reclamar, porque allí cerca está tu madre, quien con un movimiento de cabeza o con un gesto ya te indicó que debes obedecer…
Si has vivido todo en tiempo en un núcleo familiar en el que tu padre es igual a tu madre, en el que cocina el que llega más temprano, en el que si llegaste tarde te sirves tú y comes solo y de pronto recibes la visita apropiadísima de tu dulce, tierna, cariñosa y MACHISTA abuela, estás arruinado. Tu abuela (y eso tenlo por seguro) tratará a tu padre como si de ello dependiera su vida. Hijita a tu papá le faltó limón. Trae el jugo de tu papá, es ese de encima, el que está separado, es que a él le gusta con más azúcar, es que ese está como a él le gusta. ¿Ya planchaste la ropa de tu papá? (OMG…en mi casa cada uno se encarga de su ropa). ¿No? Pues plánchala, el cuello bien doblado, sí, sí, no pues hijita, fíjate bien, debes hacerlo como a él le gusta. Sí, porque las mujercitas deben hacer bien esas cosas, sino te vuelves una inútil.
Si delante de este abuela dices alguna frase o palabra FUERTE, estás perdida…"¡Qué bestia eres!”. Tu abuela responderá con frases como está: “Hijita, esas palabras no son dignas de una mujercita". Está de más que se la hayas dicho a un verdadero bestia, ella siempre responderá así.
Y la última característica que se me ocurre, pero eso no significa que sean las únicas. Nunca, pero nunca le digas abuela, OH no! Eso jamás, es una blasfemia para ella, la debes llamar: abuelita, mamá, mami o por algún derivado se su nombre, pero eso sí, siempre con cariño y amor, sin pronunciar nada entre dientes, porque esas cosas no hace una señorita de su casa.

sábado, 24 de enero de 2009

Familiares y Familiares


En las siguientes entradas escribiré acerca de peculiares personajes que no faltan en las familias. Sí, no creo que alguien niegue la existencia de esos personajes, los cuales pueden dar una “chispa de alegría” o causar las peores desgracias dentro de esa masa de personas, unidas por lazos de “amor y fraternidad”, llamada FAMILIA.
Empezaré por “perro que ladra no muerde”. Está ese miembro de la FAMILIA que siempre dice que ya se casó de las actitudes y aptitudes erróneas de algún otro miembro y que la próxima vez lo pondrá en su lugar, le dirá sus verdades, lo mandará bien lejos (por no escribir otra palabra que puede herir la susceptibilidad de algunos). Sin embargo, cuando llega el momento de poner en su lugar a alguien, este “valiente” quien le dirá sus verdades se queda callado y no dice lo que dijo diría.
Este personaje se la pasa diciendo a los otros miembros de la familia las cosas que supuestamente dirá a ese maldito que está jodiendo a todos. Sí, porque, ese desgraciado ya nos hartó a todos y ya es hora de ponerlo en su lugar, ¿quién se cree para jodernos de esa manera? Pero se acabaron las contemplaciones, ya es hora de terminar con este teatrito, debe entender que nosotros no tenemos razón alguna para continuar aguantando sus caprichos. De pronto el maldito, mencionado anteriormente, va entrando al lugar donde están discutiendo y todos se quedan callados, NADIE dice NADA. Y así es como el perro que ladró tanto no mordió a ninguno.