Soy de las personas que suelen aburrirse de todo, pero eso no impide que continúe.
Por ahora no puedo parar cuando se me venga en gana hacerlo, debo seguir. Todo esto se da ya que no soy yo la que paga la pensión de la universidad, ni la que paga la Internet, ni la comida que ingiero, ni la ropa que visto, ni los libros que leo, ni la que pone el dinero para movilizarme. Sin embargo, sí soy yo la que paga mi entrada al cine, las salidas con mis amigas, la que paga la pícara a la hora del descanso. P-E-R-O, sigo dependiendo de mis padres.
Últimamente, mi cuerpo y mente están muy cansados y aburridos de todo. Trato y trato de concentrarme en hacer mis tareas con tiempo, de ordenar mi cuarto, de levantarme temprano para ir a clases. No obstante, he fracasado en todo.
Las tareas las dejo para el último momento, prefiero jugar sudoku, me aburre hacerlas y me distraigo con mucha facilidad.
Siempre he sabido de mi desorden, pero el lunes fue el colmo, encontré mi USB dejado de una zapatilla que estaba refundida en el último rincón debajo de mi cama.
El martes me levanté a las 7:35 a.m. y tenía clases a las 8:00 a.m. (ayer llegué temprano porque la clase era a las 12:00 p.m.). PERO hoy, me pasé, hoy salí de la cama a las 7:45 a.m. y la clase iniciaba a las 8:00 a.m. Tuve que ser más rápida que Flash. Me levanté tarde a pesar de haber programado tres alarmas. Quería bañarme con paciencia, tomar desayuno sentada y todo salió mal “gracias a mí”. Lo peor es que ahora me muero de sueño y tengo clases en un rato hasta las 9:00 p.m.
No sé qué me pasa. Reconozco que suelo tener etapas de aburrimiento, pero nunca había llegado a este punto.
Por ahora no puedo parar cuando se me venga en gana hacerlo, debo seguir. Todo esto se da ya que no soy yo la que paga la pensión de la universidad, ni la que paga la Internet, ni la comida que ingiero, ni la ropa que visto, ni los libros que leo, ni la que pone el dinero para movilizarme. Sin embargo, sí soy yo la que paga mi entrada al cine, las salidas con mis amigas, la que paga la pícara a la hora del descanso. P-E-R-O, sigo dependiendo de mis padres.
Últimamente, mi cuerpo y mente están muy cansados y aburridos de todo. Trato y trato de concentrarme en hacer mis tareas con tiempo, de ordenar mi cuarto, de levantarme temprano para ir a clases. No obstante, he fracasado en todo.
Las tareas las dejo para el último momento, prefiero jugar sudoku, me aburre hacerlas y me distraigo con mucha facilidad.
Siempre he sabido de mi desorden, pero el lunes fue el colmo, encontré mi USB dejado de una zapatilla que estaba refundida en el último rincón debajo de mi cama.
El martes me levanté a las 7:35 a.m. y tenía clases a las 8:00 a.m. (ayer llegué temprano porque la clase era a las 12:00 p.m.). PERO hoy, me pasé, hoy salí de la cama a las 7:45 a.m. y la clase iniciaba a las 8:00 a.m. Tuve que ser más rápida que Flash. Me levanté tarde a pesar de haber programado tres alarmas. Quería bañarme con paciencia, tomar desayuno sentada y todo salió mal “gracias a mí”. Lo peor es que ahora me muero de sueño y tengo clases en un rato hasta las 9:00 p.m.
No sé qué me pasa. Reconozco que suelo tener etapas de aburrimiento, pero nunca había llegado a este punto.
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