Ya es costumbre en mí hacer “sagas” con mis entradas y ahora iniciaré una nueva. Estaba yo sin idea de qué escribir y de repente me cayó del cielo una (literalmente). El sábado fui a un matrisuicidio, upps, digo, a un matrimonio que hará feliz a la pareja por siempre (forever and ever). En fin, el punto es que me he inspirado en esta ceremonia.
A partir de la siguiente entrada, hablaré de las peculiaridades que observé durante mi estancia en tan divertida y amena reunión. Y en esta, mi opinión sobre las uniones en general.
Yo, francamente, creo que “el amor es para siempre pero no hacia la misma persona”. Definitivamente, NO, algunas personas dirán que estoy en un error (y puede que sea cierto), pero ese es mi pensamiento. Lo digo, porque, los seres humanos somos tan volubles que no podemos evitar mirar hacia diversos lados. Puede que ya tengas enamorado, pareja, agarre, novio (o como prefieras llamarlo), pero no podrás evitar mirar a un chico guapo y pensar que lo es (y alguno más creativos, en otras cosas).
Soy muy escéptica al respecto. Sin embargo, eso no quiere decir que no exista algún Florentino Ariza o un Ricardito Somocurcio por allí (pero ni ellos pudieron evitar mirar a otros lados).
Puede que por allí haya un chico masoquista que esté amando “secretamente” a una tipa que ni lo mira o una chica igual de masoca que esté en la misma situación. PERO, PERO, PERO, con el tiempo todos olvidamos, nos desenamoramos y nos volvemos a “enamorar”, es cuestión de tiempo.
Bueno, siempre existen excepciones, pocas, muchas, regulares, no importa cuántas haya, siempre las hay. Nada es absoluto…o ¿sí?
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