Recientemente leí un artículo del blog de una de mis amigas en el cual hablaba sobre el pasado. Es interesante, pero el pasado siempre vuelve, por más que trates de olvidar “NO PUEDES” siempre está presente.
Lo más difícil es tener buena memoria. Nunca puedo olvidar las vergüenzas que tuve que pasar, todas aquellas veces en que el profesor me hizo una pregunta y no supe la respuesta o peor aún, contesté mal. Las peores son las caídas. Sí!!!, las caídas en lugares públicos; no sé ustedes pero yo sí me he caído un montón de veces y en plena calle, obviamente después de un roche de ese tipo me paro en cuestión de segundos y vuelvo a caminar como si nada hubiera pasado…jajaja…aguantando el dolor hasta encontrar algún lugar en el cual me pueda sobar sin que nadie me mire. Cuando tenía cuatro años, recuerdo que estaba de visita en la casa de mis abuelos y cierta noche mi tía me sacó a comprar. Yo era muy pero muy pequeña. Cuando entré al establecimiento vi a un muchacho de espaldas y en mi mente dije: “Oooo. Mi hermano ya llegó y se ha olvidado de saludarme, lo saludaré yo”….corrí y lo abracé y o sorpresa ¡no era mi hermano! Fue desastroso, pero claro a los cuatro años nadie te dice cosas tan horribles como cuando tienes 17. Ésa fue una de las primeras vergüenzas que he tenido que afrontar a lo largo de mi vida, estoy segura que muy pronto tendré una más, como siempre…y lo peor aún, no podré olvidarlas con facilidad.
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